Para todas aquellas alumnas que habéis pedido un poema con el que practicar el examen de mañana, aquí lo tenéis. Su autor Miguel Hernández sin ser de la Generación del 27, mantuvo con ésta y sus integrantes cierta afinidad. Este poema pertenece a su obra El rayo que no cesa (1936), un libro de marcado contenido amoroso.Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,que son dos hormigueros solitariosy son mis manos sin las tuyas, variosintratables espinos a manojos.No me encuentro los labios sin tus rojos,que me llenan de dulces campanarios,sin ti mis pensamientos...